Señor Dios, fuente de la sabiduría,
principio supremos de todas las cosas:
derrama tu luz en mi inteligencia y aleja de ella
las tinieblas del pecado y
de la ignorancia.
Concédeme penetración para entender,
memoria para retener,
método para aprender,
lucidez para interpretar y expresarme.
Ayuda el comienzo de mi trabajo,
dirige su progreso,
corona sin fin,
por Cristo, nuestro Señor. Amén.
Santo Tomás de Aquino